Cada 4 años, la París - Brest - París, aparece en escena, para retarnos con sus 1230 kilómetros. Durante muchos años, prueba competitiva, a día de
hoy, se trata de un evento que trasciende fronteras, para cicloturistas ávidos de conocer sus límites y compartir ruta con otros aventureros venidos de todo el mundo. En la última edición, fueron más de 6000 valientes, los que tomaron la salida en Saint Quentin en Yvelines.
Para poder estar entre los elegidos, habremos de superar progresivamente, una serie de brevets, consistentes en finalizar
un conjunto de recorridos en un tiempo establecido. En concreto, 200km (13h 30 min), 300km (20h), 400km (27h) y 600km (40h). Finalmente, el límite del tiempo en el reto
que nos ocupa, queda fijado a 90 horas. Como regla general, no se permite recibir asistencia fuera de los puntos de control, ya que en el espíritu de estas marchas, subyace la idea de autosuficiencia por
parte de los participantes. Excelente preparación física junto con un gran aplomo y madurez mental, nos pueden llevar a completar con éxito esta estimulante empresa. De cualquier forma, el simple hecho de plantearse este
desafío y prepararlo con ilusión, será la mejor recompensa.
A tener en cuenta que, cuando se realiza por primera vez, es una prueba que puede desbordarte un poco. El largo viaje a París, búsqueda de hotel, revisión de bicicletas, recogida de credenciales, etc ..., puede hacer que empieces la ruta con una fatiga más que notable, sin haber empezado a dar las primeras pedaladas. Lo digo por experiencia.
La soltura a la hora de manejarse en los controles (sellado, alimentación, llenado de bidones ...) y la capacidad para decidir los momentos de descanso, también tendrán su importancia a la hora de aumentar las oportunidades de llegar al velódromo de Saint Quentin en Yvelines.
En el análisis del recorrido, consideraremos 4 etapas de unos 300km, para apreciar en detalle la orografía que nos vamos a encontrar.
Por último, presentamos todo el recorrido comprimido en un sólo perfil de 1200 kilómetros.