Nos situamos en la localidad valenciana de Estivella para ascender uno de los puertos más duros de la provincia. Iniciamos la subida del puerto del Garbí en el túnel bajo la vía férrea. Seguidamente, cruzamos también la A-23, encaminándonos hacia algo más de 5 kilómetros, por una carretera que nos irá marcando en el suelo, la distancia a la cima.
Altimetría: En el perfil del puerto del Garbí observamos 3 kilómetros centrales por encima del 10 % de media y alguna rampa prolongada superando el 15 %, con lo que hemos de ser conscientes de que el padecimiento, durante varios minutos, está garantizado. A pesar de su escasa longitud, está catalogado como de 2ª Categoría.
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Iglesia de Estivella |
Comenzamos la ascensión en la localidad de Estivella, perteneciente a la comarca de Camp de Morvedre. Dicho municipio alberga unas 1400 almas (2013), siendo tradicionalmente agrícola (cultivo de cítricos y frutos secos). En los últimos años se aprecia un notable incremento de deportistas de fin de semana, principalmente ciclistas, que llenan de colorido sus calles. Su cercanía a Sagunto y Valencia y su ubicación, a los pies de la Sierra Calderona, lo hacen un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza.
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Rampa al 17 % |
La primera parte de la subida atraviesa una zona de urbanizaciones, casi ocultas al abrigo de espesos pinares. Pronto nos damos cuenta de que, además de la consabida pendiente, la rugosidad de la descarnada carretera acrecienta la sensación de fatiga, ya desde un principio. Olivares y almendros, apenas despuntan ante la fortaleza de la pinada, mientra se nos van abriendo, en pocos minutos, vistas panorámicas de Albalat, Estivella y la A-23.
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A 500 m de la cima |
Sin previo aviso, la vegetación prácticamente desaparece, apareciendo las demoledoras rampas y, con frecuencia, el bochorno más vivo. Pintadas de ánimo en el asfalto renuevan nuestro ánimo, aunque las constantes referencias del porcentaje de las pendientes a afrontar, también en el suelo, no nos reconforten tanto.
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En la cima |
Los últimos 500 metros, más suaves, nos permiten hollar la cima con el corazón más sosegado y gozar el momento. Comparando esta subida, desde Estivella, con la realizada por la vertiente de Segart (Garbí por Segart), diremos que la ascensión de hoy es algo más humana en cuanto a desniveles, pero más constante, sin apenas descanso.