Visitamos uno de los puertos de montaña de los Altos Pirineos, que forma parte de la historia moderna del ciclismo. Partiremos de la pequeña localidad de Génos, para tomar la carretera que nos conduce a la estación de esquí de Val Louron. En nuestro serpenteante trayecto dejaremos a la izquierda el desvío a dicha estación, ascendiendo algo menos de 2 kilómetros hasta el Col de Val Louron-Azet. Puerto de paso en el Tour de Francia 2014.
Altimetría: El perfil del Col de Val Louron-Azet nos advierte de que estamos ante un puerto corto (7 Km), pero con una pendiente media del 8.5 %. Especialmente dificultosos son los 4 primeros kilómetros, con numerosas rampas por encima del 10 %. Debido a su escasa longitud lo catalogamos como un puerto de 2ª Categoría, aunque, sin duda, si el ritmo que imponemos es alto, puede hacernos sufrir sobre la bici.
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Panorámica de Génos |
Iniciamos la subida en el pequeño municipio de Génos, localidad de unos 150 habitantes (2011), situada a orillas del imponente Lago de Génos-Loudenvielle. Además de los deportes de invierno, que se practican en la vecina estación de Val Louron, es una zona frecuentada por los aficionados al parapente.
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A 3 Km de la cima |
De hecho, no es extraño divisar alguno de estos aparatos sobrevolando los cielos. Un aspecto a destacar de la ascensión, es la cantidad de
curvas de herradura con que nos encontraremos en este trayecto relativamente corto. Hemos contado 15 en 7 kilómetros.
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Cima del Puerto |
A medida que ganamos altura, aunque las rampas disminuyen levemente, la sensación de dureza no, al entrar en una zona desprotegida y habitualmente
ventosa. Tras dejar a la izquierda el desvío a la
Estación de Val Louron, sólo nos distan 1.5 kilómetros para coronar este explosivo puerto.
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Chiapucci - Indurain (Val Louron) |
En el recuerdo de los amantes del ciclismo la durísima etapa de 1991, con los pasos del
Portalet, Aubisque, Tourmalet y final en
Val Louron. En aquella ocasión se ascendía por la otra vertiente y, tras 230 kilómetros, Claudio Chiapucci conseguía vencer la etapa y
Miguel Indurain enfundarse el maillot amarillo, que no abandonaría ya en toda la carrera.
Gianni Bugno y el propio
Claudio Chiapucci, escoltarían al navarro en el podium de París, en ese año 1991.