El puerto de montaña del Passo Gavia es sin duda uno de esas ascensiones legendarias del mundo del ciclismo. Nos situamos en Ponte di Legno, provincia de Brescia perteneciente a Lombardía. Desde allí, tomaremos la carretera SS-300 en dirección Bormio, que nos conducirá a la cima en poco más de 17 kilómetros.
Altimetría: El perfil del Passo Gavia nos indica que estamos ante un puerto con mayúsculas, de dimensiones colosales. Con más de 1300 m de desnivel, sitúa sus rampas más duras tras dejar atrás Santa Apollonia, con pendientes del 16 %, pero los últimos 4 kilómetros al 9 % de media y por encima ya de los 2000 metros de altitud, son realmente demoledores. Su catalogación no ofrece dudas, Fuera de Categoría.
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Curva de herradura, Gavia |
Comenzamos la ascensión de este legendario puerto, en el pueblo de Ponte di Legno, municipio de unos 1700 habitantes (2007), dedicado principalmente al turismo de nieve, con más de 100 kilómetros de pistas. Entre los aficionados al ciclismo es un nombre que se relaciona con el Passo Gavia, uno de los colosos de Los Alpes, subido en varias ediciones del Giro de Italia.
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Pedro Delgado, Gavia 88 |
Sin duda, esta subida será siempre recordada por lo acaecido el 5 de Junio de 1988, en una de las etapas más dantescas de la historia de esta deporte. Llegaba Franco Chioccioli, líder al inicio del día, con la esperanza de aumentar su ventaja en un terreno que era el suyo. La meta se encontraba en Bormio, a poco más de 20 kilómetros de descenso desde la cima, por lo que en teoría el vencedor se decidiría en el ascenso al Passo Gavia. Desde por la mañana el tiempo se presenta infame, hay dudas sobre la celebración de la etapa, finalmente las máquinas quitanieves actúan y los ciclistas se aventuran camino de lo que sería un auténtico infierno. A 10 kilómetros de meta el belga Johan Van der Velde ataca, abriendo hueco rápidamente. Por detrás, el líder cede ante el empuje de Hampsten y Breukink.
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Chioccioli en meta |
Otros ciclistas, como Perico Delgado o Jean-François Bernard, quedan aún más descolgados. En la cima Van der Velde, en manga y pantalón cortos bajo una copiosa nevada, obtiene una renta de 1 minuto sobre Eric Breukink y Andrew Hampsten. Sólo queda el descenso y en condiciones normales el triunfo debe ser suyo. Pero hoy no es un día normal, los ciclistas ayudados por los espectadores, a duras penas se mantienen en pie. La bajada, con barro, nieve y temperatura bajo cero hace estragos en todo el pelotón. Van der Velde, totalmente agarrotado pide auxilio y ropa de abrigo, bajándose de la bicicleta. Cada uno, desciende como puede, por pura inercia, son robots con apariencia humana.
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Hampsten, vencedor Giro 1988 |
En meta, el triunfo es para Breukink, seguido por Hampsten a 7``, que, a la postre, sería el vencedor del Giro de ese año. El líder se deja más de 5 minutos, Delgado más de 7. Van der Velde llega a la friolera de 47 minutos, tras permanecer guarecido en el coche de su equipo el tiempo necesario para retomar la carrera. Todos los que vivieron aquellos instantes quedan ya como héroes, en una etapa que agota los calificativos, pero que engrandece la admiración por este deporte. Una jornada que, junto con el Passo Gavia, ya es leyenda.