Puertos en Bici

Puertos en Bici

Puerto del Garbí


Nos desplazamos hoy con nuestra bici a la comarca valenciana del Campo de Murviedro, y más en concreto al municipio de Albalat dels Tarongers, para ascender el Puerto del Garbí. Tomaremos la carretera en dirección a Segart, atravesamos dicho pueblo y cogeremos el primer desvío a la derecha por una pista asfaltada hasta llegar a la CV-3342. Una vez aquí, giramos a la izquierda y en apenas 300 m, habremos arribado a nuestro objetivo.
Altimetría Puerto del Garbí


Altimetría: El Puerto del Garbí, se resume en los 2.5 kilómetros demoledores con que nos topamos a la salida de Segart. Hasta ese momento disfrutamos con unas pendientes suaves, que no hacen presagiar el tremebundo muro que, como algunas visitas, se nos presenta sin avisar. Sin duda, es un puerto para regular el ritmo, sin cebarse nunca en exceso, ya que tenemos una rampa de 200 m, al 21%, a la que no puedes llegar asfixiado, si no quieres ser víctima de este titán valenciano.



Segart
Segart
Tras el apacible paseo que transcurre desde Albalat del Tarongers a Segart, por una carretera de pinares y urbanizaciones, nos vamos sumergiendo, poco a poco, en esta imponente montaña, que sin duda marca a todos los ciclistas aficionados que osan desafiar su grandeza.

Puerto del Garbí
Puerto del Garbí
Al  abandonar Segart, la carretera se estrecha, con un asfalto aceptable y un tráfico a tener en cuenta los fines de semana, al ser una zona frecuentada por los habitantes de Sagunto y Valencia. Nos encontramos con una sucesión de imponentes rampas con algún pequeño descanso, hasta que llegamos a un punto en que la pared se hace sostenida y te das cuenta de que el tamaño sí que importa, me refiero al tamaño del piñón grande.

Puerto del Garbí
Casa de Salud
Justo en la zona más agotadora, nos encontramos con un recodo donde aparece una placa de azulejo que reza : "Casa de salud Segart", que en cierta manera te invita a tomar unos minutos de asueto, para preservar la integridad de tu desbocado corazón.

Puerto del Garbí
En la cima
Una vez superado este trance, la sangre, poco a poco, vuelve a regar algunos órganos como la vista, que llevaba unos minutos nublada, y podemos apreciar el entorno, en el que me llaman la atención unos vistosos madroños, con sus bolitas rojas. Una vez en la cima, me viene a la mente, otro coloso de pendientes matahombres, como es el turolense Puerto de San Cristóbal, que también supone un auténtico reto.