Puertos en Bici se traslada a la provincia de Castellón y más concretamente a la comarca de la Plana Baja, a los pies de la Sierra de Espadán. Partimos de la intersección de la CV-10 con la CV - 223 y nos dirigimos hasta el pueblo de Eslida. Allí tomamos la CV - 219, dirección Chovar hacia el puerto de Eslida. En la cima, cogemos una pista asfaltada a la derecha para llegar al puntal de L´Aljub.
Altimetría: Como puede observarse en el perfil, los primeros 10 kilómetros nos servirán para calentar las piernas, hasta llegar a Eslida. A partir de aquí, nos encontramos con 4 kilómetros por encima del 7%, que nos llevarán al puerto de Eslida propiamente dicho, a través de una carretera en perfecto estado. Una vez arriba, podemos iniciar el descenso o atrevernos con las muy exigentes rampas del puntal de L´Aljub, con pendientes casi siempre por encima del 10 % y muros sostenidos superando el 15 %.
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| Iglesia de Artana |
El primer pueblo con el que nos encontramos es el municipio de Artana, con sus 2000 habitantes y economía tradicionalmente agrícola, destacando la producción de aceite de oliva y más recientemente el cultivo de naranjos. Es lógico pues que naranjos, olivares, algarrobos y pinares nos acompañen en estos primeros kilómetros. Posteriormente, a medida que nos acercamos a Eslida empiezan a predominar los alcornoques, cuya presencia no nos abandonará en todo el puerto.
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| Pueblo de Eslida |
Una vez en Eslida, la ascensión se hace más exigente a través de una carretera con abundantes sombras, escaso tráfico y mil revueltas, realmente entretenida. Desde el pueblo se pueden ver las antenas del puntal donde nos dirigimos, que parecen querer tocar el cielo.
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| Rampa cerca de la cima |
El pavimento es impecable hasta coronar el puerto de Eslida. Posteriormente sufriremos una pista asfaltada, donde las hierbas asoman a través de las hendiduras que el paso del tiempo ha provocado. Girando el cuello hacia arriba las sempiternas antenas nos desafían en una lucha sin apenas tiempo de recuperación, en un terreno bastante desprotegido y adusto.
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| Antenas en la cima |
En uno de los muros de los 2 últimos kilómetros, me sobrepasa una pareja de la guardia civil, ellos en coche. A mí, exhausto por el esfuerzo, me viene a la cabeza que, por una vez, no me hubiese importado que me pidieran la documentación, con el consiguiente pretexto para detener la marcha. Una vez arriba, me alegro de que no fuera así y disfruto de este sugerente y evocador reto.
