Puertos en Bici

Puertos en Bici

Puerto de Almedijar


Puertos en bici se desplaza a Castellón y más concretamente a la comarca de la Plana Baja, para una nueva ruta por la Sierra de Espadán. Partimos de la intersección de la CV-10 con la CV-223 y avanzamos por dicha carretera hasta pasar el pueblo de Aín. Seguidamente, tomamos un desvío a la izquierda en dirección Almedijar, por la CV-200.



Altimetría Puerto de Almedíjar

Altimetría: Estamos ante un puerto largo, cuyo inicio, hasta el pueblo de Eslida, es idéntico al del  Puerto de Eslida . Sus pendientes nos permitirán rodar con plato grande en muchos tramos, siendo la parte más exigente los 2 kilómetros posteriores a Aín, con rampas superiores al 7%. Sin duda, ésta es la zona del puerto que más merece la pena.




Eslida
Plaza de Eslida
Tras superar el pueblo de Artana, nos adentramos a buen ritmo en el municipio de Eslida. Se trata de una villa de casi 1000 habitantes y en cuya entrada podemos contemplar un cartel que reza " Eslida fiel a sus aguas, corcho y miel". En efecto, además de los pinos típicos del Mediterráneo, nos encontramos con abundantes alcornoques.

Aín
Panorámica de Aín
En cuanto al agua, existe una embotelladora cerca del pueblo de nombre Orotana. No deja de sorprender que, sin embargo, en los bares te vendan la granadina agua de Lanjarón. En el tramo entre Eslida y Aín, nos encontramos con una carretera en perfecto estado, pero bastante expuesta al sol y al calor veraniego, como lo atestigua la música chicharrera que nos acompaña.
Puerto de Almedíjar
Sierra de Espadán
Tras cruzar Aín, el asfalto se vuelve más rugoso, que unido al aumento de pendiente nos servirá para darnos cuenta de que estamos subiendo un puerto. Estamos ya metidos en plena Sierra de Espadán, con algunos magníficos ejemplares de alcornoques a los que se les ha extraído la corteza, ofreciendo el tronco un aspecto rojizo característico.

Puerto de Almedíjar
En la cima
En esta última zona, el tráfico es prácticamente nulo. Yo, de hecho, sólo me encontré con otros dos ciclistas que ascendían a ritmo más lento, lastrados por voluminosas alforjas y con aspecto de llevar varios días en ruta. Así, sin más sobresaltos llegamos a la cima.